FELICIDAD.

Cuando llueve mucho va sin el paraguas abierto y cuando caen cuatro gotas es cuando lo saca a pasear. También suelo ser descuidada, desordenada y olvidadiza en todo aquello que hago o debo hacer. Sí, yo soy la que se equivoca todos los días, la que necesita llorar y gritar cuando tiene un mal día, la que le vuelve loca reír hasta llorar con sus amigas, la que canta y baila cuando hay fiesta y cuando no la hay, la que a veces salta por la calle sin pensar en nadie ni en nada, la que se hincha a chuches y luego dice ” hoy empieza mi dieta ”, la que daría absolutamente todo por gente que merece la pena, que la hay, aunque sea minimamente poca. Yo soy a quien le afecta todo demasiado. Sí, puede que no sea la persona más fuerte, más valiente, más decidida. Puede que me equivoque muchas veces, demasiadas quizás… Puede que me de cuenta de lo que quiero cuando ya no lo tengo, que mi lista de caprichos sea larguísima, que mis paranoias aumenten cada vez más. También, que los malos momentos sean muchos, aunque los buenos los superen. Puede que complique lo fácil, puede que tropiece cien mil veces en la misma piedra, puede que me caiga, pero también sé que me volveré a levantar con una sonrisa que ocupará toda mi cara. Lo admito, puede que no sea la más guapa, ni la más simpatica, ni la más ordenada, ni la más cariñosa, y probablemente no sea el tipo de chica modelo a seguir. Tampoco lo necesito para vivir. Puede que le de muchas vueltas a las cosas, las mire de tantas perspectivas distintas que incluso plástica sea más fácil de dibujar que mi mente. También se que aveces puedo ser realmente insoportable, o algo borde. 
pero lo de que verdad me importa es ser feliz sin más, al lado de la gente que te quiere y te importa, solo eso.